Blogia
El Diario del Grial.

Banquete en el Pankot Palace (II).

...continuando...

Dado que estos manjares no son del gusto de la inconformista Willie, pide una sopa sencillita. ¿Pero qué tipo de sopa? No lo especifica, asi que los pobres cocineros que ya se habían ido a descansar, porque el siguiente plato tampoco requiere mucha preparación ni trasiego de cacharros, le preparan lo que ellos consideran una sopa sencillita, sopa de ojos. La sorpresa, por supuesto, no les hace mucha gracia a la comensal y su pequeño acompañante. Este tampoco es un plato salido de la imaginación de un director de gore frustrado, es común en muchas culturas. En China se prepara con ojos de pescado, en Centro y Sudamérica se prepara "caldo de cabeza" a partir de trozos de cabeza cocida de oveja, incluidos los ojos, y parece ser que en un local de Chicago se venden tacos con ojos de cabra, que aun llevan colgando los nervios ópticos. Si estais especialmente interesados en este plato podeis tomar nota de la receta* con la que prepararon el caldo de tomate, los ojos los añadis por vuestra cuenta y riesgo. Personalmente éste es el plato que más asco me da, pues como todo niño, el postre es mi preferido.

Para terminar tan especial banquete nada mejor que un postre que no desmerece al resto del menú, sorbete de sesos de mono. Mmmm! No sé porqué, pero este siempre ha sido el plato que más me ha atraido, aunque seguramente preferiría la simulación con la que se grabó, a base de fresas y frambuesas, que los genuinos sesos. En lo referente al registro histórico de este plato, hay algun rumor que dice que alrededor de 1948 en China sí se consumían sesos de mono, y por supuesto, también tenían propiedades medicinales. Lo más espeluznante era la presentación del plato, pues sacaban la cabeza del animal por un agujero de la mesa y se comía el cerebro con una cuchara mientras seguía vivo. Pero esto parece ser solo una leyenda. Lo que sí es cierto es que en algunos lugares se come la cabeza y el cerebro de otros animales como cabras y vacas, sin ir más lejos, en España también se consumen cocinados como revuelto de sesos. Claro que estas prácticas se están dejando de dar debido a las posibles enfermedades que pueden ser transmitidas a los humanos, como la trístemente famosa enfermedad de las vacas locas u otros tipos de encefalopatías. En este trozo de película también se cortaron algunas escenas, ya que Tapón (el niño asiático de la gorra de NY Yankees) debía estar jugando y entreteniendose con un pequeño mono durante la apetitosa cena, pero cuando se acerca el momento de los postres, el mono desaparece misteriosamente, así que es normal la cara que pone el chaval al ver luego las cabezas abiertas de los monos sobre la mesa.

Espero que éste artículo no os haya revuelto mucho el estómago y por su culpa dejeis de probar nuevas comidas. Yo aun no he tenido la oportunidad de comer ningun tipo de manjar exótico pero siempre he tenido interés por ellos, aunque reconozco, como ya dije, que nunca he hecho el menor esfuerzo por probar los caracoles (es que son una masa informe y gelatinosa que solo produce moco... puagh! y además también son parasitados por cantidad bichos muy desagradables). ¿Tenía que haber avisado al principio del artículo a los débiles de estómago de que se abstuviesen de leerlo? Bueno, si habeis conseguido llegar hasta aquí es que teneis un estómago a prueba de bombas. ¿Qué puedo decir? ¡Prueba superada!


Artículo inspirado y basado en la traducción (personal, propia y transferible) de Fearsome Feast: A Closer Look at Pankot Palace Cuisine.

* Receta para preparar el caldo de tomate de la sopa de ojos.

3 comentarios

El Lehendakari -

Ejem ejem... ahora que nadie nos oye le diré que a la hora de viajar va mi doble, yo me quedo tan tranquilo en Vitoria... De hecho es cuando aprovecho, y puesto que en esos sitios no me conoce nadie, frecuento algunos lugares como, seguramente, ese mismo indopaquistaní que usted nombra. No me gustó mucho, acostumbrado como está uno a las delicias chinas... Y sí, precisamente a un kebap de esos quiero ir alguna vez de éstas. Porque a un japonés ¿será ya mucho atrevimiento? Lo pensaré.

Shaury -

Sí, cuando hay hambre uno es capaz de comerse casi cualquier cosa.

Mi experiencia gastronómica tampoco es muy variada, a parte de los típicos restaurantes chinos y norteamericanos, tan solo he estado en un par de Kebabs (que tanto han proliferado últimamente por todas las esquinas) y en un restaurante indo-pakistaní, en cuyo menú puedo asegurar que no se ofrecía ninguno de los platos del banquete de Pankot (una pena :P ).

Lehendakari, usted con lo que viaja por el mundo debería haber probado muchos tipos de comidas, no?

Saludos.

El Lehendakari -

Lo dicho, mi mayor aventura gastronómica seguirá siendo frecuentar muy infrecuentemente los chinos... aunque ultimamente me hablan bien de los turcos... Si es que ya se sabe, cuando el hambre aprieta...
Un saludo.